El Club Deportivo Caspe jugaba un partido amistoso de navidades con el Alcañiz.
Esperando al árbitro, esperando al árbitro, pues que el árbitro no viene y me dijeron, tú podrías hacer de árbitro. Mala decisión, te lo digo, mala decisión.
Hice de árbitro y si pitaba una falta a favor del CD.Caspe, los de Alcañiz encima de mí. Si pitaba una falta a favor del Alcañiz, los de Caspe encima de mí.
Acabé el partido escoltado por la guardia civil, saliendo del campo de fútbol, y algún familiar lejano queriéndome pegar. Imagina como estaban los ánimos.
Me dije, nunca más en la vida soy árbitro de nada y lo he conseguido. Nunca en la vida he vuelto a ser árbitro de nada.